Las Murallas Servianas y el Arco de Dolabella

Murallas servianas

A comienzos del siglo IV a.C los romanos construyeron unas murallas, la Murus Servii Tulli o Murallas Servianas, que rodeaba la ciudad y la protegía. Estas murallas alcanzaban los 10 metros en algunos sitios y media casi cuatro metros de ancho en su base mientras tenían 11 kilómetros de largo. Al parecer llegaron  atener 16 puertas pero no se sabe a ciencia cierta pues de ellas poco se ha escrito y casi nada ha quedado.

Las murallas estaban construidas con piedras volcánicas (una combinación de roca y cenizas) y en algunos sitios tenían por delante un foso, algunas catapultas y una rampa defensiva. Fueron estas mismas murallas las que detuvo a Anibal en la Segunda Guerra Púnica cuando el guerrero logró cruzar los Alpes con elefantes y todo.

Las Murallas se mantuvieron hasta el final de la República y comienzos del Imperio, momento en que la ciudad ya había crecido fuera de ella y se había organizado en regiones tanto dentro como fuera de su perímetro. En un momento las murallas se convirtieron en algo innecesario con el ejército que Roma había logrado tener y se puede decir que durante los tres primeros siglos del Imperio la ciudad no necesitó protección.

Servianas

Más adelante sí serían necesarias nuevas murallas, para hacerle frente a las tribus germanas, pero de esta primera muralla original solo quedan algunos restos distribuidos por la ciudad. La sección mas grande está justo fuera de la Estación Termini, la estación central del ferrocarril, y también ha sobrevivido el llamado Arco de Dolabella.

Esta puerta se construyó durante la República y fue integrada al acueducto Claudia de Nerón. Hoy, es posible contemplar las ruinas del acueducto cerca del arco y vemos también como los arcos del acueducto fueron sellados consecuentemente hasta transformarlos en portales. El nombre original del arco era Porta Caelimontana y pasó a nombrarse Dolabella mucho después cuando una parte fue reconstruida por dos cónsules, uno de ellos Publuis Cornelius Dolabella.

Hoy el Arco de Dolabella marca la entrada a la pintoresca calle de Clivus Scauri.

Foto 1: vía Livius

Foto 2: vía Living in Rome

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