Janiculum, miradas sobre Roma
Al oeste de la ciudad de Roma se alza una colina, la segunda colina más alta de Roma después del Monte Mario. Se trata del Janiculum, una colina que a pesar de su altura no forma parte de las famosas siete colinas de la ciudad. Se encuentra fuera de los límites de la antigua Roma y al oeste del río Tíber.
Pero aún así es uno de los mejores lugares para gozar de vistas panorámicas de los techos, cúpulas, campanarios y torres que se acumulan en la cielo romano. En la Antigüedad el Janiculum era el centro del culto al dios Jano y la ubicación era ejemplar pues la vista era estupenda a la hora de disparar augurios.
Janiculum, dentro de la mitología romana, es el nombre de un antiguo pueblo fundado por el dios que según algunos se incorporó a la ciudad antigua en tiempos del rey Ancus Marcius para que no fuera ocupada por el enemigo. Así, se la fortificó con una muralla y tenía un puente sobre el Tíber que la unía al resto de la ciudad.
Muchos siglos después en la historia el Janiculum el lugar pasó a ser el sitio de batalla entre las fuerzas de Garibaldi, el revolucionario que defendía la república romana y las fuerzas francesas que luchaban para restaurar el poder del Papa en Roma. Debido a los enfrentamientos es que hoy se alzan aquí muchos monumentos a Garibaldi y los caídos en batalla en todas las guerras de la independencia italiana.
Sí, todos los días la mediodía un sólo cañón dispara una sola vez desde el Janiculum en dirección al Tíber. La costumbre se remonta a 1847 cuando el cañón del Castel Sant’Angelo daba la señal a los demás campanarios para marcar el mediodía. En 1904 el ritual se traslado a esta colina y se mantuvo hasta 1939 pero después ese interrumpió por veinte años. Desde 1959 y con el apoyo de la gente, la costumbre del solitario cañón del Janiculum volvió.
Foto 1 vía: Heather on her Travels
Foto 2 vía: TravelPod
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