El clima en Roma
Viajar a la seductora capital de Italia implica zambullirse de lleno en el Mediterráneo: por su historia, por la despreocupada filosofía de vida de sus habitantes, por su irresistible tradición culinaria y, como no podía ser de otro modo, por su agradable climatología.
Sin embargo, conviene tener presente que la región en la que se inscribe Roma, el Lazio, presenta algunas variaciones climáticas muy acusadas en función de la zona. Por regla general, a lo largo de la franja costera (la Ciudad Eterna se halla a unos 17 km del mar, aproximadamente), la temperatura media fluctúa entre los 9,5 ºC de enero (el mes más frío del año) hasta los 24,5 ºC que suelen registrarse en julio (el más caluroso).
Por lo que atañe a las precipitaciones, éstas son más bien escasas, especialmente en la costa más septentrional del Lazio. Así, mientras que en poblaciones como Montalto di Castro apenas se alcanzan los 600 mm anuales, en Formia y en las áreas próximas a la región de la Campania acostumbran a superarse holgadamente los 1.000 mm.
Conforme el viajero se adentra en el interior del Lazio, no obstante, el clima se torna más continental, dado que el relieve también presenta una mayor altitud respecto al nivel del mar. Por este motivo, no es de extrañar que algunas poblaciones puedan presentar valores térmicos muy bajos en invierno, sobre todo por la noche, donde pueden registrarse temperaturas en torno a los 0 ºC, si no inferiores.
La provincia más fría es la de Rieti, seguida de Frosinone, Viterbo, Roma y Latina. Asimismo, el aumento de la altura también lleva asociado un incremento de las lluvias. Éstas se reparten a lo largo de todo el año, aunque son poco frecuentes durante la única estación seca: el verano. El municipio con mayores índices pluviométricos es el de Velletri, que arroja medias anuales en torno a los 1.500 mm.
A su vez, también descuellan en este ámbito algunos municipios próximos a la sierra de los Abruzzi, donde la influencia del clima atlántico es muy acusada. Como ejemplo, podrían mencionarse las áreas próximas a Monti Simbruini, Monti Cantari y Monti Ernici, donde se suelen superar los 2.000 mm.
Por lo que respecta a las nevadas, éstas no acostumbran a ser demasiado habituales, aunque en ocasiones afectan a zonas como Castelli Romani o Roma.
En relación a esta última, no hay que perder de vista que la capital italiana es la ciudad del Lazio que presenta un mayor número de horas de sol al año. Esta circunstancia hace de ella un destino ideal para ser visitado en cualquier época, aunque el clima resulta especialmente agradable de abril a junio y de mediados de septiembre a octubre.
En este último período, tiene lugar la denominada la «ottobrata», equivalente a lo que en España se conoce como el veranillo de San Martín. El mes más caluroso en Roma es agosto, con valores medios de 24,5 ºC (aunque la debido a la humedad relativa, la sensación de calor se ve acentuada). Por lo que respecta al mes más frío del invierno, enero el promedio se sitúa alrededor de los 8,5 ºC.
Por lo tanto, el viajero tiene que tener en cuenta que viaja a una ciudad con una temperatura estacional. Así, convendrá que en invierno ponga en su maleta ropa de abrigo, y en verano, prendas muy ligeras y en tonos claros. En cualquier caso, durante la época estival, debe tener la precaución de llevar consigo alguna chaqueta o camiseta de manga larga, dado que en muchas iglesias se prohíbe entrar con tops o prendas de tirantes.
Finalmente, aquellos que planeen visitar Roma en verano deben de tener la precaución de coger botellas de agua o refresco antes de salir del hotel, para ir hidratándose frecuentemente y evitar así un posible golpe de calor.
Foto vía: Yria Flavia
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