Boca della Verità en Roma

Boca de la Verdad

Roma cuenta con un sinfín de elementos que han traspasado las fronteras llenando miles de fotografías y postales. Elementos antiguos tan destacados como la famosa Boca de la verdad, o como se diría en italiano la Bocca della Verità. Esta impresionante máscara de mármol pavonazzetto, está colocada en la pared del pronaos de la preciosa iglesia de Santa María in Cosmedin, no obstante, mucho antes habría estado alojada en la Plaza de la Bocca della Verità.

A pesar de que el origen de este elemento parece datar del siglo I, lo cierto es que no se tiene muy claro cómo ni por qué. El enigmático rostro masculino con boca perforada, ha pasado así a lo largo de los años dejándose querer por los romanos y los turistas internacionales, escuchando impasible las miles de leyendas que se vierten sobre su origen y función. Muchos aseguran que se trataba de la parte de un impluvium, que era una especie de estanque en el cual se recogía agua de lluvia. Otros aseguran que se trataría de la tapa de una cloaca, debido a su cercanía a la Cloaca Máxima.

Sin embargo, la leyenda que más aceptación tiene entre todo aquel que la visita es la que asegura que esta gran cara redonda (de un diámetro de 1,75 metros) era en realidad un elemento mágico capaz de desenmascarar al mayor de los mentirosos. Según cuenta esta leyenda popular, todo aquel que introdujera la mano en su boca y contestara una mentira ante alguna pregunta, perdería automáticamente su mano.

Así, durante siglos, la boca justiciera habría arrancado los miembros de todos aquellos mentirosos que se habían aventurado a introducir su mano en la apertura. De todos menos de una mujer, una emperatriz romana que a pesar de haber cometido adulterio se las apañó para engañar a la propia boca. Sabiendo que su marido quería hacerle pasar por tan horrible prueba, la mujer pactó un beso con su amante en el lugar más concurrido de la ciudad. Evidentemente reaccionó con fingida violencia ante este beso robado. Una vez llegado el momento de introducir su mano, la mujer declaró que no había besado a nadie que no fuera su marido ni el hombre que la había besado públicamente. Evidentemente no mentía, por lo que la boca no pudo arrancar su mano.

Muchos cuentan que fue a partir de ese momento cuando la boca dejó de arrancar miembros, siendo a partir de entonces un mero objeto decorativo.

Sea como sea, y a pesar de que es evidente que no nos quedaremos sin mano, la verdad es que impone cierto respeto debido a su tamaño y la seriedad del semblante que se representa.

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Foto vía: Eduardoshanchez

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